El 28 de octubre de 2007 se realizaron elecciones generales en la Provincia de Mendoza, simultáneamente con la convocatoria del Gobierno Nacional y de siete provincias más (Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Pampa, Misiones, Salta y Santa Cruz). Con tal motivo el Centro de Estudios sobre Innovación Institucional para la Gobernabilidad Democrática (CEII) en convenio con Favim realizó un estudio de Observación Electoral en el marco del proyecto "Ciudadanos a las Urnas: construyendo responsabilidad electoral" La etnografía electoral supone una modalidad de observación directa y sistemática mediante la cual se registran comportamientos, conductas y acciones de los actores involucrados en el proceso electoral. La realidad que importa es precisamente la que las personas involucradas perciben como significativa. Es una técnica que produce o genera datos descriptivos que se extraen de la conducta observable y de las propias expresiones "habladas o escritas- de las personas. La observación busca captar la calidad de las prácticas ciudadanas como expresión central de la vida democrática, como así también de los partidos, de sus líderes y el estado de desarrollo de sus instituciones.
En esta oportunidad la observación se realizó en doce establecimientos del Gran Mendoza (Capital, Las Heras, Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú y Luján de Cuyo) e incluyó seis escuelas urbanas, cuatro urbano marginales y dos rurales, pautadas específicamente para esta ocasión. La muestra cubriá un total de 85 mesas "alrededor de un 10% de las mesas habilitadas en el Gran Mendoza- y aproximadamente un 3% del total de electores del padrón provincial definitivo.
El trabajo se concretó bajo tres modalidades diferentes y complementarias: Observación directa, con puestos fijos y permanentes durante toda la jornada en cada establecimiento, Entrevistas a electores y actores -55 en total- y con Filmaciones y fotografías de los locales de votación y de su entorno a través de dos equipos móviles, que ayudaron a fortalecer algunos de los testimonios producidos por la observación.
Una primera lectura sistemática de los resultados señala que existe un elevado reconocimiento por parte de los encuestados que los funcionarios políticos no tienen instancias de capacitación periódica (80%). Simultáneamente demandan contención institucional para lograrla y apoyo operativo apropiado. Concuerdan que la capacitación a los funcionarios que actualmente ocupan cargos debe privilegiar una adecuada combinación entre experiencia y "academia", donde el aporte acadámico debe proveer tanto teoría, como herramientas y referencias permanentes a casos y práctica en general. Cuando se mencionan contenidos para capacitar, no se habla en términos de asignaturas o disciplinas sino de cuestiones y de problemáticas que confirman la preocupación por incorporar competencias y habilidades que cualifiquen el nivel de la gestión política. Los obstáculos más serios que se perciben en la condición actual de los funcionarios es una conjunción de "falta de experiencia", "deficiencias en la formación recibida" "excesivo sesgo profesional" y "falta de práctica política en la función". Además, con mucha frecuencia se reconoce la "dificultad para la comunicación con la ciudadanía". Por otro lado la mayoría reconoce que la función pública exige dedicación exclusiva (83%), pero nadie observa que esa condición de exclusividad incluya el propio proceso de capacitación. Por último a partir de algunas consideraciones finales se señalan futuras líneas de investigación sobre el tema.